19.12.10

New Year eve.

Ver en el calendario que estamos transitando las últimas semanas de Diciembre lamentablemente te hace recordar que otro año se está yendo. El 2010 no está terminando en alguno términos de la manera que quisiera, y ni ahí de la manera que terminó el año pasado. Las fiestas cada año que pasa menos me dan ganas de que lleguen, será por la familia, por la monotonía de siempre o porque cada año parecen peores.
Si hablamos de las fiestas del año pasado, las cosas cambiaron en tan solo 12 meses, y mucho. Allá lejos quedaron las promesas y las ilusiones, la pareja y hasta alguna que otra amistad; con la frente en alto intentamos salir adelante y muchas veces parece que funcionó.
No tengo ganas de escribir un resumen del año, no creo que sea necesario y lo único que va a causarme va a ser un nudo en el estomago y algo de tristeza.
Sólo se que el 24, en el momento del brindis, voy a tener un deseo y no es algo que puede pedirse como un regalo, el que pueda aparecer debajo del arbolito, porque es mucho más que eso y no alcanzaría todo el papel de regalo del mundo para envolverlo.


Que lindo sería estar pasando las fiestas en un lugar muy lejos de casa.

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