Hay cosas que uno no se da cuenta hasta que llega a una cierta edad, cosas que cree imposibles pero que tarde o temprano tienen que suceder, como la caída del primer diente, el primer accidente automovilístico, la primera vez que gana un premio o encontrar a la persona indicada, y de eso creo que voy a hablar ahora.
Uno no decide cuando ni como encontrar a la persona indicada, a esa que aparece para cambiarle el mundo, pintarle el mundo de colores y sacarle sonrisas hasta en los momentos más tristes. Esa persona un día se aparece y no va a tener un cartel diciendo 'Hola, soy el amor de tu vida. Prestame atención.', es uno mismo el que va a tener que ir descubriendo que esa persona es la que necesita para complementarlo, para hacerlo feliz. No existe un manual para encontrar exactamente a esa persona, uno se va dando cuenta con el paso del tiempo y quizás se necesiten meses o años para darse cuenta realmente si estamos frente a lo indicado.
Puedo darme cuenta cuando encontré a mi persona indicada cuando siento que puedo dar todo por esa persona sin esperar recibir nada a cambio; que puedo bancarla una y mil veces en sus decisiones, aunque esas decisiones me perjudiquen; que puedo estar para salvarla ahora y siempre, aunque sea salvarla del infierno mismo y sobre todas las cosas que puedo quererla pese a todas las críticas, quejas y regaños que pueda recibir, porque siento que al lado suyo puedo llevarme al mundo puesto y que nada más que esa persona puede importarme. Siento que al tratarse de ella, toda cursilería existente no es cursilería cuando se hace con todo el afecto del mundo, y que cuando digo lo que siento, lo digo con toda la seguridad del puto mundo. 'Puedo soplar las nubes grises para que tengas un buen día' -como dice René Perez- y que no quepa ninguna duda que podría hacer eso y mucho más.
En fin, creo que cuando uno encuentra a la persona indicada está mas que dispuesto a dar todo por ella, sin importar nada. Debe ser quién le proporcione las sonrisas y los días felices, no los malhumores, los descontentos y las tristezas, hacer lo posible -y lo imposible- para lograr que esa pareja sea la soñada y no la odiada.
'La relación perfecta consiste en hablar como mejores amigos, tontear como al principio, discutir como casados y protegerse como hermanos'
Eso, que leí por ahí, tiene mucha razón.
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